A lo largo de más de 100 años de historia aeronáutica en el país podemos encontrar accidentes aéreos por diversos motivos. La primera desgracia de gran magnitud fue la “Tragedia de Rio Verde”, donde un Douglas DC-3 de la extinta Dominicana de Aviación se estrelló el 11 de enero de 1946 en las montañas de la comunidad de Río Verde en el poblado de Yamasá, pereciendo los 32 ocupantes del avión, incluyendo 18 miembros del equipo de béisbol B.B.C. Santiago.
No solo este hecho capta la atención; veamos diversos accidentes aéreos que tuvieron lugar desde la década de 1950 hasta nuestros días, unos más significativos que otros, pero accidentes al fin, y que sin duda nos hace llegar la imagen de la famosa “bruja” de los cielos dominicanos.
El choque de la Escuadrilla Acrobática
La entonces Aviación Militar Dominicana (AMD) tuvo una escuadrilla acrobática compuesta por aviones de combate a reacción DeHavilland Vampires (conoce más acá), siendo la única en la historia del país. Esta fue se formó en 1956, realizando diversas exhibiciones en el país, llegando a un abrupto final en 1957.
Durante una exhibición en la Base Aérea de San Isidro dos unidades pilotadas por los tenientes pilotos Hugo Lembert Frank y Miguel Bonilla Castillo se accidentaron mientras realizaban una maniobra en formación, matando a ambos pilotos en frente de todo el público.
El Super Connie de Varig
El 17 de agosto de 1957 un Lockheed L-1049G Super Constellation matrícula PP-VDA de la línea brasileña Varig había llegado a Ciudad Trujillo (hoy Santo Domingo), con el motor no.2 inoperativo. La tripulación decidió seguir sin pasajeros hasta la ciudad de Nueva York.
50 minutos después de haber despegado, a las 3:16 de la tarde. el motor no.4 empezó a dar problemas, hasta el punto de que la hélice se libero y daño el motor no.3, dejando solo el no.1 operativo. La aeronave tuvo de amerizar en las costas de Cabarete, Puerto Plata, donde 10 de los 11 tripulantes a bordo pudieron ser rescatados.
Villa Francisca y el Mustang accidentado
La Fuerza Aérea Dominicana realizaba maniobras el 19 de noviembre de 1963 sobre los cielos de Santo Domingo con motivo de la conmemoración del 2do aniversario de la salida de la familia Trujillo del país. Un P-51 Mustang de los participantes acabo estrellándose en el sector de Villa Francisca, matando a su piloto 1er Teniente Nelson Mejia.
De acuerdo a conocedores del hecho este se produjo cuando las hélices del avión rozaron las aguas del Mar Caribe, causando fallas en el motor. Cuando el piloto salto en paracaídas este se enredo en la cola del avión, marcando un final trágico.
Vuelo 603 de Dominicana de Aviación
Un Douglas DC-9, matricula HI-177 de CDA despego a eso de las 7:15 de la noche del Aeropuerto Internacional Las Américas, en Santo Domingo, rumbo a San Juan, Puerto Rico, el 15 de febrero de 1970. Dos minutos después del despegue el mismo impacta en el Mar Caribe, al tratar de retornar a la terminal cuando se reportó que el motor no.2 había fallado.
El hecho es recordado por ser la primera tragedia en cielos dominicanos donde más de 100 personas pierden la vida (102). En el mismo perecieron diversas personalidades, entre ellas el boxeador dominicano Carlos “Teo” Cruz (junto con su esposa y dos hijos), el deportista Juan Ramón Loubriel y la modelo Migdalia Diaz, ambos de Puerto Rico, así como el “coach” y once jugadoras del equipo nacional femenino de volleybol de Puerto Rico, las cuales regresaban de un partido amistoso con su contraparte dominicana.
Aparte de la cantidad de muertos, el accidente también es recordado porque se han tejido diferentes teorías de la causa del mismo. La más aceptada es que el combustible con que se cargo el del avión estaba contaminado.
Sin embargo, otra versión es que el mismo fue un atentado para tratar de matar al General Antonio Imbert Barreras, uno de los participantes del asesinato en 1961 del dictador Rafael L. Trujillo, y cuya esposa, hija y hermana se encontraban en el avión, por lo que los perpetradores del mismo supusieron que Barreras iría en el avión.
En cualquier caso, las cajas negras del avión nunca se recuperaron, por lo que nunca se sabrá que paso realmente con el HI-177 en su fatídico vuelo.
El FAD 3021 y el Dr. Balaguer.
Desde 1968, un helicoptero Aeropstiale Alouette III, matrícula FAD 3021, era usado para los vuelos presidenciales. Este duro hasta 1974, cuando el 10 mayo de ese año la aeronave se estrella debido a un mal tiempo en el poblado de Villa Altagracia, mientras transportaba al presidente de turno, el Dr. Joaquin Balaguer en un vuelo de retorno desde Puerto Plata a Santo Domingo.
Todos los ocupantes salieron ilesos, aunque la aeronave fue una pérdida total (y afortunadamente no se tuvo una crisis política en el país). Al menos Don Elito no paso a las listas de fatalidades por accidentes aéreos.
Mal final para un DC-3
Un bimotor Douglas DC-3 con matricula norteamericana N78B se estrelló en la provincia Independencia después de despegar de un lugar no identificado en Haití. Este se debió a fallas hasta el momento desconocidas, y se cobro la vida de tres personas. El hecho ocurrió el 9 de marzo de 1987
Tragedia en Puerto Plata
El 15 de noviembre de 1992 un Ilyushin Il-18 matriculado CU-T1270 perteneciente a la aerolínea cubana Aerocaribbean realizaba un vuelo charter en la ruta Santo Domingo – Puerto Plata – La Habana. Al llegar a la segunda ciudad los pilotos se aproximaban al Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón cuando se estrellaron contra la Loma Isabel de Torres, al parecer debido a un error de la tripulación.
Las 34 personas a bordo perdieron la vida, incluyendo jugadores de un equipo de ajedrez dominicano que se dirigían a Cuba para participar en un torneo internacional organizado por el Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez.
Vuelo 301 de Birgenair
Siguiendo con la costa norte del país; Pasadas las 11:40 de la noche del 6 de febrero de 1996, despegó del Aeropuerto Internacional con destino a Fráncfort, Alemania, un Boeing 757, matricula TC-GEN operado por Alas Nacionales, filial dominicana de la aerolínea turca Birgenair, con 176 pasajeros y 13 tripulantes a bordo.
Durante la carrera de despegue el capitán de la nave, Ahmet Erdem, noto que su indicador de velocidad del aire (ASI, por sus siglas en ingles), presentaba fallos. Cuando la nave ascendía a 4,700 pies de altura, el ASI del capitán mostraba que la nave llevaba una velocidad de 370 nudos, por lo que el piloto automático (que tomaba información del indicador de velocidad del capitán) incrementó la actitud de cabeceo y redujo la potencia para reducir la velocidad del avión.
Sin embargo, el ASI del copiloto Akut Gergin (que funcionaba correctamente) daba una lectura de 200 nudos en esos momentos, indicando que la nave iba demasiado despacio. Al desconectarse el piloto automático, la nave empezó a dar lecturas confusas a la tripulación, mostrando por un lado que iba demasiado rápido y por el otro que la misma estaba a punto de entrar en perdida, debido a la reducción de potencia por parte de los pilotos, los cuales creían que volaban en los límites máximos del avión.
Cuando la tripulación se dio cuenta de la situación real del 757, era demasiado tarde. A pesar de que aplicaron potencia para salir de la pérdida, pero debido a que el morro se encontraba hacia arriba dichas acciones fueron fútiles, cayendo el aparato en las oscuras aguas del Océano Atlántico a las 11:47 de la noche del mismo día, matando a sus ocupantes. En la historia de accidentes aéreos en el país es el que tiene el mayor saldo de muertos al momento de escribir este articulo.
El jet del antiguo Herrera
Ahora hablaremos de un accidente que, aunque no tuvo fatalidad alguna en comparación con los dos últimos anteriores, es un hecho que incluiremos en este artículo. El mismo sucedió en el antiguo Aeropuerto de Herrera en Santo Domingo el martes 7 de enero de 2003, estando envuelto un Raytheon Premier I, matrícula N390RB.
De acuerdo a las informaciones del accidente, el avión venia del Aeropuerto Las Américas con 4 personas a bordo, y al momento del aterrizaje los pilotos tuvieron problemas con el sistema de frenos, y al ser incapaces de abortar el aterrizaje la aeronave se salió de la pista, chocando contra dos vehículos en la calle San Anton, ubicada cerca de la cabecera 01 de la pista, al sur de la terminal. La aeronave quedo irreparable.
Un espectáculo terminado en desgracia
El domingo 7 de abril se celebraba en el malecón de la ciudad de Santo Domingo el “Show Aéreo del Caribe 2013”, donde cientos de miles de dominicanos presenciaban la participación de de pilotos acrobáticos internacionales y la Fuerza Aérea Dominicana en el evento con sus unidades.
Alrededor de las 2:30 de la tarde tres T-35B Pillan de entrenamiento se disponían a realizar su último pase frente al público, disponiéndose a realizar un tonel para cerrar su parte. La primera nave lo realiza, aunque la segunda abortó la maniobra y pocos segundos después la tercera unidad, matrícula FAD 1807, hace la misma, aunque con poca altura para el angulo que llevaba la nave, estrellándose en las aguas del Mar Caribe.
Los pilotos de la nave, 1rer teniente Rafael Sánchez Astacio y el 2do teniente Carlos Manuel Guerrero Guerrero, murieron en el acto, terminando de esta manera el show, hasta los días que escribimos este articulo. Si quieres saber más respeto a este, puedes aquí un articulo referente al mismo.
La caída del HI-957
Una Piper PA-32 Cherokee Six despego el 20 de abril del 2015 desde el Aeropuerto de Punta Cana con destino a la terminal aérea de Arroyo Barril, en Samaná. El aparato, con matricula HI-957 y perteneciente a la empresa Sky High Aviation, empezó a tener fallas en su motor pocos minutos después del despegue, precipitándose a tierra alrededor de las 7:30 de la mañana.
Los siete ocupantes de la nave murieron, incluyendo el piloto Hector Soriano, al tratar de realizar un aterrizaje en el residencial Cocotal, el cual se vio frustrado al estrellarse contra un árbol del área.
Como vimos, la aviación dominicana, al igual que otros paises, de vez en cuando tiene que pasar por el agrio sabor de los accidentes aéreos (y solo mostramos una pequeña parte). Parte de estos se debieron a malas decisiones de los pilotos, al fallas mecánicas o bien a las inclemencias del clima. El entrenamiento, buen mantenimiento – y la toma correcta de decisiones- , son factores decisivos entre la vida y la muerte en un avión.
La bruja de la aviación no descansa, y no se sabe cuando será su próximo paso por los cielos dominicanos para clamar sus próximas victimas. Solo queda ponerse en las manos de Dios y estar preparado para cualquier eventualidad.
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